viernes, 12 de julio de 2024

El cultivo de cacao en Colombia va bien, pero puede estar mejor


En los últimos 30 años, el cultivo de cacao en Colombia ha experimentado una transformación significativa gracias a la investigación científica y los desarrollos tecnológicos. Al inicio de este periodo, la producción promedio de cacao en Colombia era de apenas 360 kg por hectárea. Hoy, gracias a esfuerzos, no constantes, a la implementación de algunas tecnologías y la siembra de nuevos materiales de buena calidad, la producción ha mejorado notablemente en algunas regiones del país.

Los departamentos de Santander, Arauca, Antioquia, Huila y Tolima son los principales productores de cacao en el país, convirtiéndose en actores corresponsables del progreso productivo de esta especie. Estos departamentos han adoptado materiales clonados de mayor calidad productiva y tolerancia a enfermedades, lo que ha contribuido significativamente al aumento de la producción y a la mejora de la calidad del cacao colombiano.

Instituciones como AGROSAVIA y la Federación Nacional de Cacaoteros (FEDECACAO), entre algunas otras, han jugado un papel crucial en este progreso. A través de la investigación y la generación de nuevas tecnologías, estas organizaciones han desarrollado estrategias para el manejo de plagas y enfermedades, así como para la optimización de la productividad. Innovaciones que han sido esenciales para que los productores puedan mejorar sus cultivos en términos de calidad y aumento de rendimientos.

Sin embargo, a pesar de estos avances, los pequeños productores aún enfrentan desafíos significativos. La falta de recursos y baja adopción de las ofertas tecnológicas requieren un mayor esfuerzo y compromiso por parte del gobierno y las instituciones vinculadas con la producción de cacao en Colombia. Es fundamental que se fortalezcan los programas de apoyo técnico y financiero, (estrategias serias de fomento, extensión, transferencia de tecnología e investigación con financiación segura), así como las alianzas público-privadas, para asegurar que todos los productores, puedan beneficiarse de las tecnologías y prácticas agrícolas disponibles.